Cambios

El día estaba claro
y luminoso;
De pronto,
una nube gris
lo cubrió todo.

Definitivamente
hay días,

más tristes...
que otros.

Anouna

Instante de sombra, sombrío

Lamento, grito largo, hilo perdido;
Negro vagando por calles sin luz
enagua sangrante sobre balcones marchitos
agua corriendo por las laderas
beso en la penumbra sin saliva
cuencas sonoras de lágrimas silentes
manos que escarban entre macetas
sin flores de colores, uñas con tierra.

Frutas invertidas, juegos sin verano
longevidad en las sienes mentales
residuos de enjambres brotando
entre olas sin destino ni puerto.
Tú, caminas por otra vereda
mientras te cruza la sombra
que lleva a cuestas un cuerpo
apagado y lleno de lamentos,

Y tú, no te diste ni cuenta.


Anouna

Un Violín

Un violín canta notas azules
¿Debieran ser blancas o negras?
¿Debieran ser acaso grises?
ya no importa su color, sino su canto en tensión

Recoge entre sus cuerdas los amores sin tiempo
y corona de melodías, besos acompasados por relojes perdidos
reune en sonidos los latidos de dos corazones
envuelve su arco y se tensa la vida misma en el instante
que se tocan la fibra de piel y madera

Parece una mano acariciando la espalda
pero es más que fricción de notas cabalgando
es el aire que flota entre dos cuerpos
suaves, eternos y sin voz.

Anouna

Tu mano

Tu mano, paz
La caricia que asoma en plenitud, calma
El perfume que emana entre los dedos, quietud
El roce de la palma que se anhela, deseo

Tu mano, fortaleza
Atrae el calor hacia las mejillas, en espera
Generosidad suave, mano extendida
Momento pleno, dormir en tu caricia

Tu mano sostiene, mis ojos cerrados.

Anouna

Escribió de si misma
Escribió de otros
Escribió de tantos
Que se acabaron las historias
Que comenzó a relatar cuentos
Que inventó otros mundos
Que soñó otras vidas
Y camino por laberintos
Hizo huellas donde no había pisadas
Fundó cielo, y bajo a otro infierno
Apareció por lugares nunca antes vistos
Y visitó tantas calles sin nombres
Finalmente cuando encontró en una pared un espejo
Comenzó nuevamente a escribir de ella misma
Y todo volvió a ser
Contado otra vez.

Anouna

Codicia

Probó la fruta prohibida
No, no la del huerto de la vida
Sino la de la muerte, como el cuento
Aquella que fue concebida en la envidia
Esa que fue otorgada con un fin
La de hacerla dormir eternamente
Por su propia inocente codicia
De morder la fruta sin preguntar quien la ofrecía
Y cayó en la trampa más antigua
Esa que se hace una misma
Cuando muerde la fruta
Que nunca debió morder.

Anouna

De tus ojos

Y de tus ojos brotó una lluvia inesperada;
Fue tanta que hizo ríos entre las miradas
nadamos sobre cada gota que fluía
y nos ahogamos de tanto mirarnos
y de tanta agua vertida
como un dolor que no se explica
como si fuera llanto de agua
y no fue más que otro océano emergiendo
ahí donde nos hicimos a la mar
y nadie más nos halló.

Anouna